Desde la antigüedad el hombre asociaba la limpieza y la higiene con actos religiosos y purificadores, el agua era fuente de belleza y relajación.
El primer traje de baño se ha encontrado en una antigua villa siciliana donde se han encontrado mosaicos que datan de 1.600 a.C. en la que la mujer viste un traje de baño de dos piezas.
Esta prenda ha ido evolucionando a través del tiempo.
Pero
volviendo atrás, la bailarina Micheline Bernardini fue la primera en vestir un
bikini y parece que fue ella la que con desparpajo le dijo a Réard que su
invento era tan explosivo como la bomba de Bikini, refiriéndose al atolón del
mismo nombre (en las Islas Marshall ) en el que Estados Unidos había hecho
pruebas nucleares por esa misma época. La palabra bikini también invitaba a
recordar lugares recónditos como el atolón (y las partes que las mujeres
esconden en la prenda) pero su asentamiento en la lengua se dio también por la
relación que se puede hacer del sufijo “bi” con dos piezas. Por eso hoy en día
se dice que el lexema kini significa piezas de tela, lo cual es un invento de
los diseñadores para inventar otros bañadores como el monokini y el trikini. 
Una década después de que Gernreich inventara el monokini, el genovés Carlo Ficcardi se inventó la tanga en Brasil, aunque se dice que desde mucho tiempo atrás las indígenas tupí brasileñas ya usaban ese tipo de prenda para taparse la zona genital dejando libres sus glúteos.
Después de esto vinieron miles de diseños y de nombres para ellos: tankini (con los calzones hasta la cintura), bandini (con la parte superior como una banda que cubre el busto) y hasta burkini (los que utilizan las mujeres musulmanas que deben llevar burka hasta en la playa).
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